Tres jóvenes egresados del Hotel Escuela de Mérida emprendieron un proyecto responsable sobre agricultura urbana. A su paso por cada ciudad van contagiando de conciencia ecológica
Oscar Pereira, Wladimir Cárdenas y Carlos Calderón, jóvenes emprendedores preocupados por el ambiente, se unieron para crear el proyecto agroecológico Techos Verdes. Los tres son egresados del Hotel Escuela de los Andes con sede en Mérida; su tema de tesis fue la construcción de huertos urbanos adaptándose a los espacios físicos disponibles. El impacto del proyecto fue tal y sus críticas tan positivas que decidieron tomar sus morrales llenos de entusiasmo y juventud para salir a contagiar a todos con su pensamiento.
"Techos Verdes comenzó en la azotea del Hotel Escuela de los Andes como nuestra tesis de grado. La idea de todo esto es llevar la agricultura a la ciudad, que los cocineros tengan la forma de llevar adelante sus propios cultivos de plantas aromáticas y hortalizas para garantizar que son frescas. No es más que una alternativa para el rescate de los valores ambientales, culturales y ancestrales, así como su importancia en la sociedad como medidas aplicables a la mejor utilización de los suelos para el cultivo y detener su degradación por la siembra excesiva y mal practicada", comenta Oscar. Escogieron ese nombre ya que nació el proyecto en el techo del hotel escuela donde se ha seguido cultivando.
Noventa por ciento del material que utilizan en la construcción de los huertos urbanos es reciclado. A partir de botellones de agua, garrafas de jugo o detergente con pocas herramientas crean jardineras aéreas para la germinación y posterior cultivo en gaveras de verduras. Mangueras interconectadas permiten que el agua se recicle entre los materos y con poca cantidad de líquido se riegan varias plantas.
Oscar, Wladimir y Carlos llegan al lugar, evalúan el espacio disponible y luego de un estudio de factibilidad y una inducción de sensibilización a los involucrados comienzan a trazar los planos de trabajo. Echan mano de lo que tengan al alcance y comienzan el diseño y construcción del huerto. "La idea es que nosotros lo dejemos listo y las personas que se quedan a cargo sigan con su mantenimiento", indica Wladimir.
Los jóvenes enseñan todo lo que debe saber el cultivador del huerto; desde la época de poda de las plantas hasta la elaboración de insecticidas orgánicos para el cuidado diario de las plantas. "Tratamos de hacer todo lo que se necesita en los cultivos, como el abono y los insecticidas para que realmente podamos decir que el cultivo es 'ecorresponsable'. La clave de todo está en la reutilización del material y es algo que tratamos que la gente entienda", agrega Carlos.
Ahorro y ecología
Los techos verdes como técnica datan de varios siglos. Consiste en la adaptación de la azotea de una casa y edificio para que pueda ser convertido en un jardín. El proyecto de estos tres jóvenes tomó esta idea y la adaptó al cultivo de plantas aromáticas y hortalizas para cocinar. En los últimos años la técnica se ha utilizado para la reducción de temperatura en edificios y esto tiene un impacto en la zona donde se encuentre.
Los expertos indican que la implementación de un techo verde logra disminuir por lo menos 4 grados la temperatura de un edificio; lo que se traduce en una disminución de cerca de 20 % de energía en aires acondicionados. En algunos países europeos es parte de la cultura tradicional, sin embargo en grandes ciudades como Linz, en Austria, el gobierno paga a los constructores para que instalen techos verdes como parte de las políticas para la conservación del ambiente.
En Venezuela, en el Municipio Chacao del área metropolitana de Caracas, se inauguró el techo verde tradicional de la Biblioteca Los Palos Grandes, el cual ha representado 30 % de ahorro energético para la institución y la disminución de la temperatura para el edificio y los adyacentes.
"Techos Verdes comenzó en la azotea del Hotel Escuela de los Andes como nuestra tesis de grado. La idea de todo esto es llevar la agricultura a la ciudad, que los cocineros tengan la forma de llevar adelante sus propios cultivos de plantas aromáticas y hortalizas para garantizar que son frescas. No es más que una alternativa para el rescate de los valores ambientales, culturales y ancestrales, así como su importancia en la sociedad como medidas aplicables a la mejor utilización de los suelos para el cultivo y detener su degradación por la siembra excesiva y mal practicada", comenta Oscar. Escogieron ese nombre ya que nació el proyecto en el techo del hotel escuela donde se ha seguido cultivando.
Noventa por ciento del material que utilizan en la construcción de los huertos urbanos es reciclado. A partir de botellones de agua, garrafas de jugo o detergente con pocas herramientas crean jardineras aéreas para la germinación y posterior cultivo en gaveras de verduras. Mangueras interconectadas permiten que el agua se recicle entre los materos y con poca cantidad de líquido se riegan varias plantas.
Oscar, Wladimir y Carlos llegan al lugar, evalúan el espacio disponible y luego de un estudio de factibilidad y una inducción de sensibilización a los involucrados comienzan a trazar los planos de trabajo. Echan mano de lo que tengan al alcance y comienzan el diseño y construcción del huerto. "La idea es que nosotros lo dejemos listo y las personas que se quedan a cargo sigan con su mantenimiento", indica Wladimir.
Los jóvenes enseñan todo lo que debe saber el cultivador del huerto; desde la época de poda de las plantas hasta la elaboración de insecticidas orgánicos para el cuidado diario de las plantas. "Tratamos de hacer todo lo que se necesita en los cultivos, como el abono y los insecticidas para que realmente podamos decir que el cultivo es 'ecorresponsable'. La clave de todo está en la reutilización del material y es algo que tratamos que la gente entienda", agrega Carlos.
Ahorro y ecología
Los techos verdes como técnica datan de varios siglos. Consiste en la adaptación de la azotea de una casa y edificio para que pueda ser convertido en un jardín. El proyecto de estos tres jóvenes tomó esta idea y la adaptó al cultivo de plantas aromáticas y hortalizas para cocinar. En los últimos años la técnica se ha utilizado para la reducción de temperatura en edificios y esto tiene un impacto en la zona donde se encuentre.
Los expertos indican que la implementación de un techo verde logra disminuir por lo menos 4 grados la temperatura de un edificio; lo que se traduce en una disminución de cerca de 20 % de energía en aires acondicionados. En algunos países europeos es parte de la cultura tradicional, sin embargo en grandes ciudades como Linz, en Austria, el gobierno paga a los constructores para que instalen techos verdes como parte de las políticas para la conservación del ambiente.
En Venezuela, en el Municipio Chacao del área metropolitana de Caracas, se inauguró el techo verde tradicional de la Biblioteca Los Palos Grandes, el cual ha representado 30 % de ahorro energético para la institución y la disminución de la temperatura para el edificio y los adyacentes.
Por HÉCTOR GALBÁN CORTESIA DE http://www.estampas.com
